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Nada es absoluto, todo es relativo dijo alguna vez Albert Einstein y, aunque en principio su enfoque fue en la disciplina de la física, podemos decir que lo mismo aplica para con el mundo financiero. De seguro has escuchado una infinidad de veces lo bueno e importante que es el hábito del ahorro pero, ¿qué tan constante o seguido lo hacemos? Porque la verdad es que somos muy buenos para empezar a crear un hábito pero somos igual de buenos para no mantenerlos o dejarlos.
La relatividad de la que hablamos en el mundo financiero no es más que la proporción de los actos que hacemos con nuestras finanzas personales. Hemos escuchado muchas veces que nos hablan de porcentajes al momento de ahorrar o invertir: que si 5%, que si 10%, que entre el 10% y el 20% o más, etc. Y todo esto tiene sentido porque nadie posee la misma proporción de dinero ahorrado, monto invertido, además de que cada quien gana diferente a través de su sueldo o negocio. Entonces, esta relatividad nos ayuda a extrapolar esos porcentajes para que cada quien lo aplique según su caso. Aquí es donde aparece la magia.
El primer paso y el más difícil es empezar con el ahorro. Y con esto me refiero a realmente empezar el acto. Empezar algo siempre suele ser difícil, ya sea porque conoces lo que vas a empezar y sabes el esfuerzo o sacrificio que conlleva o porque no conocemos lo que avecina y el miedo nos detiene o paraliza. He escuchado a muchas personas que ponen el acto del ahorro en un segundo, tercer, cuarto plano o en ocasiones hasta ni lo consideran. La famosa frase de "tengo un dinero que me sobró de la quincena y no sé en qué gastarlo." Estas personas se encuentran en una gran ventaja sobre millones de otras personas por el simple hecho de tener un sobrante y aún así en lo único que piensan es en gastarlo o deshacerse de él con alguna compra en la gran mayoría de la veces no son necesarias. Si te encuentras en esta situación te aconsejo ahorrar ese monto, no importa la cantidad que sea, lo importante es hacerlo, es empezar.
Ahora bien, sé que hay personas que están en el otro lado de la moneda y que apenas les alcanza su pago de cada quincena o mes de su sueldo y definitivamente aunque deseen o quieren ahorrar, les es imposible. Para esto es recomendable hacer una pausa y sentarse un día para hacer un análisis completo de tus gastos mes a mes para ver cuáles son los gastos recurrentes esenciales, cuáles son los no esenciales y cuáles son los esporádicos. Muchas veces no le damos esta importancia de llevar un registro de nuestros gastos y los damos por hecho sin saber que puede haber muchos que nos podrían estar haciendo gotear nuestra cartera cuando en realidad no son importantes. Una vez realizado esto y si has logrado detectar aquellos que puedes disminuir o eliminar, es momento de empezar el ahorro. Pero, ¿para qué sirve el ahorro? ¿Que no el dinero es para gastarse y usarse a nuestro beneficio? ¿Por qué el guardarlo y dejarlo estático en un banco o en la casa? El ahorro, a mi manera de ver, tiene tres finalidades principalmente:
Te invitamos a que empieces este gran hábito y recordar que el primer gran paso es empezar, sea cual sea la cantidad. Eventualmente, y ya que sea recurrente el ahorro, ponte metas ya sea en monto o en porcentaje para poder medirte (lo que no se mide no se puede mejorar), esto debería generar sentido de cumplimiento personal y reforzar esta acción individual. Nunca subestimen el poder del ahorro, que aunque suena a muy cliché y que todos lo dicen (pero pocos lo hacen), es la herramienta inicial para poner en orden tus finanzas personales (para el primer paso ir aquí). ¡Acompáñanos en la siguiente publicación!
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Septiembre 2020
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